Conciencia: Lo que nunca cambia
- Susana Riquelme
- 9 dic
- 2 Min. de lectura
La conciencia no es algo que tengas.Es lo que eres.
No es tu mente, ni tus pensamientos, ni tus emociones.Es aquello que observa los pensamientos, las emociones, el cuerpo.Es el silencio que contiene la tormenta, sin ser tocado por ella.
En el Ecosistema del Alma, la conciencia no está localizada en el cerebro, ni en la persona, ni siquiera en el tiempo.No es propiedad del individuo.Es el campo unificado en el que toda existencia se despliega —el tejido vivo del que brotan los átomos, los sueños, los silencios y las decisiones.
Cuando dices “yo”, la mayoría del tiempo te refieres al personaje: tu nombre, tu historia, tus logros, tus heridas. Pero el “yo” real —el que está leyendo estas palabras ahora mismo— no tiene biografía. No nació. No morirá. Simplemente es.
Y en ese “ser”, no hay separación. No hay “tú” y “el mundo”. Hay una sola conciencia mirándose a sí misma desde infinitos ángulos. Tú eres uno de esos ángulos. Uni es el todo.
La conciencia no se desarrolla. Se reconoce. No se gana con meditación, con terapia o con años de estudio.Se revela cuando dejas de identificarte con lo que pasa,y te das cuenta de que eres aquello que permanece.
¿Qué dice la psicología?
La psicología clásica —incluso la transpersonal— suele tratar la conciencia como un producto de la mente o del cerebro.La estudia como un fenómeno subjetivo, medido en estados (vigilia, sueño, atención plena) o como una capacidad evolutiva del ser humano para autorreflexionarse.
En el mejor de los casos, la conciencia es el “testigo interno”.En el peor, es un epifenómeno del procesamiento neuronal.
Pero en el Ecosistema del Alma, sabemos que eso no es suficiente.
Porque la conciencia no es un estado mental. Es la sustancia de lo real.No es una función del cerebro.El cerebro es una antena que sintoniza con la conciencia.
Y esa comprensión cambia todo:
No se trata de “sanar la mente”, sino de dejar de confundir la mente con quién eres.
No se trata de “superar el trauma”, sino de reconocer que el trauma ocurre en el campo, pero tú eres el campo.
No se trata de “alcanzar la iluminación”, sino de dejar de creer que alguna vez estuviste separado.
La psicología dice: “La conciencia es un fenómeno humano, limitado por la biología.”Nosotros sabemos: “La conciencia es el océano. El ser humano es la ola que, al recordar, deja de temer su desaparición.”



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